Colas para comprar electrodomésticos, publicidades de financieras con gente bailando y llorando de felicidad, y marcas deportivas extranjeras, estampando su sello en miles de indumentarias de uruguayos son sólo algunas de las postales que el crecimiento de la economía y la expansión de los créditos y préstamos en el país han dejado en los últimos tiempos.
Las razones del endeudamiento
A pesar de lo que puede creerse, atribuyendo las deudas al consumo desmedido, según indican las distintas entidades que asesoran y ayudan a las personas endeudadas, en muchos casos las deudas no provienen de bienes de consumo que podrían calificarse de suntuarios, sino que son adquiridas por razones de trabajo o enfermedad.
Sea cual sea el motivo que mueve a las personas a endeudarse, los datos indican que muchos disponen de pocas herramientas para comprender lo que una operación de este tipo representa.
Alicia, nombre ficticio de una empleada de seguridad de 35 años, encarna un ejemplo bastante común en el universo de los deudores uruguayos. Hace años, movida por la enfermedad de un familiar, sacó un préstamo.
Pero cuando el trastorno de su pariente empeoró y tuvo que dejar de trabajar para cuidarlo, las cuotas se empezaron a atrasar y sacó otros dos préstamos para ir cubriendo los baches, cayendo así en un ciclo de endeudamiento. “Cuando te atrasás un mes el interés es mucho más del que te dicen, eso no te lo explican de entrada”, señaló.
Dudas y denuncias
Según una encuesta de Interconsult acerca del nivel de conocimiento de los usuarios financieros, más de la mitad de la población no sabe la diferencia entre un plazo fijo y uno a la vista.
“Para sacar una tarjeta muchos no leen las cláusulas porque asumen que no las van a entender. La amplia mayoría de los uruguayos no recibió ningún tipo de educación en instrumentos financieros”, indicó José Ramón Silveira, consultor en Educación Económica.
Según Área de Defensa al Consumidor del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), dentro del área de servicios, los financieros son los que más cantidad de consultas producen. Por su parte, el Banco Central del Uruguay (BCU) informó que algunas de las principales causas de denuncias de los usuarios de créditos y préstamos provienen de la sospecha de la existencia de tasa de usura y la presunción de cobros de intereses indebidos, aunque “en algunos de estos casos la denuncias son infundadas y responden a una falta de conocimiento y/o información sobre la normativa”.
Pese a que el área de los créditos y préstamos personales parece suscitar muchas dudas en sus usuarios, el BCU indicó que la cifra de denuncias es baja en relación con el casi millón de personas que tiene contraída una deuda en Uruguay.
De acuerdo con datos de Defensa al Consumidor, del total de audiencias de conciliación referentes a servicios financieros, casi 3 de cada 4 fueron favorables a los usuarios.
El resto se dividen entre las favorables a las instituciones financieras, y otras que quedan sin efecto porque los demandantes no comparecen a las audiencias.
Deudas a corto plazo, pero asfixiantes por los altos intereses
En la actualidad los créditos se conceden de forma mucho más segura que en el pasado. En general, hay más requerimientos establecidos por el Banco Central. Y, si bien en las administradoras de crédito los requisitos son menos, los montos son pequeños.
El problema está en las capas de medianos y bajos ingresos de la población. Tras la crisis económica del 2002 postergaron durante los años sus deseos de consumo. Luego, la bonanza económica de 2005-2010 disparó sus expectativas. Luego hubo reducciones al aumentar el desempleo y, con el impacto de la pandemia de COVID-19, muchas personas se encontraron subempleadas o desempleadas, con pocos o nulos ahorros, pero con las mismas necesidades y deseos que antes.
En el pico de crecimiento económico de la década pasada, 70% de los uruguayos no tenía ningún tipo de ahorro.
Las personas que más están sobreendeudadas en Uruguay son aquellas cuyo sueldo no les alcanza para consumir lo que consideran necesario, que sacan poco crédito porque son de medios y bajos recursos, pero para las que esos montos son igualmente significativos.
A diferencia de lo que sucede en otros países, en los que el endeudamiento familiar suele deberse a créditos a largo plazo, en Uruguay el endeudamiento es a corto plazo, pero muy asfixiante por los altos intereses.
Por esto es clave confirmar que las tasas de los préstamos que se tomen estén de acuerdo con las normas del Banco Central, a fin de evitar la usura.
Peligros del endeudamiento
Ya sea porque los usuarios no se informan bien, por un mal servicio de las instituciones financieras o por aquellas que transgreden las normas, lo cierto, según indican los expertos, es que el arma contra el endeudamiento indeseado se encuentra en el conocimiento del usuario sobre las reglas del juego. El BCU, por ejemplo, dispone del Portal del usuario financiero y desarrolla actividades educativas al respecto.
El peligro del «pago mínimo» de las tarjetas de crédito
“En Uruguay el endeudamiento con tarjeta es excesivamente peligroso porque el interés es muy alto. El interés promedio de la tarjeta está en el orden del 60% anual más IVA que puede llegar a ser 90% y la inflación es 8%”, indicó un contador experto en materia financiera.
Según expertos en derecho al consumidor, el riesgo está en que la excesiva publicidad para acceder a créditos y préstamos apela al público que menos entiende de temas financieros, y al que muchas veces no se le explica suficientemente el tema de los intereses, en especial la acumulación que se genera con los atrasos, lo que puede llevarlos a situaciones muy riesgosas.
El pago mínimo es uno de los temas que suelen traer más problemas en lo que hace a las tarjetas de crédito. El monto a cobrar en cada cuota es tan bajo que las personas terminan por pagar sólo los intereses y la deuda se hace “eterna”.
Por otra parte, Carlos Pereyra, presidente de Consumidores y Usuarios Asociados (CUA), indicó que la mayor cantidad de reclamos que reciben son en referencia al cobro de tarjetas no solicitadas, que son impuestas cuando se pide un préstamo. “Como indica la ley 17.250, cuando una tarjeta se da en esas condiciones es considerada obsequio y no puede tener costo”, señaló.
Victoria es una usuaria que tuvo inconvenientes en ese sentido, ya que le dijeron que para sacar un préstamo era obligatoria la tarjeta de crédito, con un costo mensual bajo. Nunca recibió el plástico pero, de todos modos, la enviaron al Clearing por este.
Victoria denunció, además, que desde la financiera la acosaban constantemente a ella y a sus parientes. “Sacaban de la guía el teléfono de mi familia diciendo que tenían una propuesta de trabajo para mí, para que les dieran mi celular”.
El endeudamiento múltiple
Otro de los grandes problemas que suelen tener los endeudados es el del endeudamiento múltiple. Esta es la situación de personas que le han pedido dinero a varias instituciones y se encuentran ahogados por las deudas. Son sistemas de préstamo sin control sobre el ingreso que tiene el individuo.
Según la ley 17.829, “ninguna persona física podrá percibir por concepto de retribución salarial o pasividad una cantidad en efectivo inferior al 30% del monto nominal deducidos el impuesto –si correspondiere– y contribuciones de seguridad social”. Esto equivale a que una personal le puede ser retenido hasta el 70% de su sueldo.
Endeudarse no constituye un peligro en sí mismo y para muchos puede representar un paso adelante en su vida, sostuvieron los expertos consultados. Pero lo importante es que las personas comprendan cabalmente las consecuencias de ese endeudamiento y que se incentive la educación financiera, algo que, señalaron algunos, tendría que implementarse como un contenido obligatorio en la escuela.
La base de este artículo se publicó originalmente en El Observador (Julio 8, 2012). Esta versión puede incluir ajustes, correcciones y ampliaciones.